domingo, 29 de noviembre de 2009

Libertad

Ya se murió el último guerrillero libertario en el comedor público que montó el gobierno neocon donde ponen yogures caducados.

Ya se olvidó la última guitarra de tañer himnos que resonaban encendidos en los pechos generosos.

Y el eco de Paco Ibáñez, con la miel de Celaya en los labios se apagó, tras el triunfo de dorados oropeles.

Ya la libertad se olvidó de los pueblos, de la paz, del porvenir, del pan y de los peces.

Ya la libertad se blindó con bloques de hormigón tras alambradas de espino de diseño.

Ya vuelan los grises pájaros de la libertad por los cielos sucios de humo de las chimeneas de las fábricas de eslóganes de libertad que digieres y defecas.

Ya manchaste el mástil de tu bandera de libertad con la sangre de los que encontraste en tu camino y te sonrieron.

Ya te contaron de la libertad de conducir tu apisonadora por mi campo de crisantemos.

Ya te aprehendiste de mi tesoro, lo vaciaste, lo mancillaste, y me devuelves la palabra sucia, vacía y muerta con un jingle de diez mil dólares en horario de máxima audiencia.

Ya mi libertad se topó con la tuya en un callejón estrecho y lucharon hasta que solo quedó una.

Ya tu libertad, ya mi libertad, ya su libertad...

Libertad en singular en tonos metalizados, con climatizador, lector de DVD, donde no cabe el subsahariano que mendiga en el semáforo ofreciéndonos un paquete de kleenex con hambre de libertad en la mirada.

(después de digerir un hilo del blog del compañero yoku)

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