domingo, 17 de enero de 2010

El incidente de referencia

Aquel día había juegos. Salí a la calle con la incómoda sensación de saber que me podía suceder cualquier cosa molesta. En días como aquel las gotitas de raciocinio que adornaban los intelectos de las diversas especies que poblaban el espacio urbano tendían a evaporarse. Las multiautoridades optaban por desconectarse de la realidad circundante por unas horas. Los woks no nos caracterizábamos por mostrar gran entusiasmo por nada en general, y menos por los juegos, en particular. De modo que éramos frecuentes dianas de las bromas y de los actos producto de la excitación y de la desinhibición de otras especies en los días de juegos. He de admitir que la percepción que tenían la mayoría de las especies de nuestra presencia era irritante

martes, 12 de enero de 2010

Del correr y otros...

Hay diversos tipos de cosas y situaciones que nos hacen sentir bien. Primero sentirnos bien en sentido estricto: físicamente bien, sanos, incluso con cierto vigor y energía, con disposición de ánimo y ganas. Nos sentimos bien cuando estamos en algún lugar, en eventos sociales, disfrutando de una buena peli, de un libro, también nos sentimos bien cuando alguien cercano y querido pasa por una situación favorable, y más si es nuestro hijo, hermano, mujer, nos alegramos por ellos. Luego hay otras cosas que tienen que ver más con nosotros mismos. Es una percepción más íntima de alegría y de profunda satisfacción que no depende tanto del mundo exterior como de nosotros mismos.

jueves, 7 de enero de 2010

El ciempiés pronador

A un amigo mío le pasó algo hace unos días. Después de leer la metamorfosis de Kafka se acostó temprano y se durmió enseguida. Por la mañana abrió los ojos antes de que sonara el despertador y se sintió extraño. No fue capaz de tocarse la cara con las manos y pronto fue consciente de que no era el mismo. Gracias a una nueva capacidad de su cuerpo se contorsionó sobre si mismo y constató que era un ciempiés. Lejos de quedarse bocarriba viendo sus patitas moverse sin ton ni son se dijo a si mismo que aquello no iba a destrozar su vida, de modo que intentó seguir su rutina diaria, en la que el primer paso era ir a correr por el parque. Se dejó hundir en el colchón al pensar en como calzarse cien pares de zapatillas, o cincuenta pares, si es que eran cien los pies que tenía. Recordó el estudio de pisada que se acababa de hacer hacía unas semanas. Pensó que se lo tendría que repetir y que le iba a salir por un pico.

miércoles, 6 de enero de 2010

Trufa o peladilla

¿Eres trufa o peladilla?, completa el siguiente cuestionario y al final consulta la puntuación obtenida: