Después de unos cuantos años corriendo dentro de mis posibilidades (esto requeriría una entrada aparte, pero por abreviar: edad, nivel físico, salud, disponibilidad de tiempo libre, hasta nivel económico...) pero corriendo de manera constante durante cerca de 10 años creo que he llegado a entender algunas cosas sobre este asunto.
Los principios en este vicio son como todos los principios de este mundo, uno se adentra en terreno desconocido y todo es nuevo y mientras es excitante la cosa va bien, cuando empiezas en algo y al poco rato no lo encuentras excitante lo dejas y en paz, no pasa nada. Con el paso de los meses empiezas en las carreras populares por socializar tu pecado la más de las veces solitario y aparece un nuevo elemento: la marca, el tiempo que empleas en hacer la distancia que sea. Según vas corriendo más carreras populares va germinando una idea en ti: el objetivo, correr tal distancia en tanto tiempo. Te lo has pensado, es un objetivo realizable para ti, en un plazo lógico y está dentro de tus posibilidades. Cae el primer objetivo y vas a por el siguiente, lógicamente más ambicioso, también cae, con alguna dificultad más. Para la temporada siguiente te propones dar un salto cualitativo, lo que te supondrá aumentar la frecuencia de tus entrenos, controlar tu alimentación, vigilar tu descanso... quizás hacer algún ajuste en tu vida. Te sientes grande, te codeas con otra división en el mundillo de los corredores. Tus marcas mejoran.
Un día tienes un problema en la rodilla, quizás en el pié, algún músculo se resiente... fisios, tramatólogos, curanderos... en unas semanas lo superas, y entonces tu única obsesión es volver al nivel que tenías antes, lo consigues y empiezas a vigilar cualquier cosquilleo, molestia, dolorcillo, y empiezas a leer qué va bien para las articulaciones, que ejercicios potencian no se que parte de tu organismo que has descubierto tienes débil... La marca, la marca.
La marca, mi mejor marca personal, más conocida por sus siglas MMP es seguir llegando a casa por las tardes después de un día horrible en la oficina con ganas de correr. De dar fe de pertenencia a esa estirpe que va vestida de forma estrafalaria corriendo entre los viandantes a horas intempestivas y que se saluda de forma inperceptible para los no iniciados con un subrepticio gesto, apenas con una mirada atenta desde detrás de una gorra sudorosa. Capaz de mover montañas, de llegar más lejos, a la que no asustan palabras fuera de las entendederas del resto de los mortales: fondo, maratón, kilómetros... Definitivamente esa es mi MMP. ¿Qué más da hacer los 10km en 45, 40 ó 38 minutos?.
sábado, 26 de diciembre de 2009
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